El número de suicidios en el cuerpo de la Guardia Civil habla por sí sólo: una muerte cada 26 días, más de 500 en los últimos 35 años La tasa de suicidios en la Benemérita supera con creces la media nacional (11,82), y se sitúa por encima de la Policía Nacional (11,78), el cuerpo más cercano a la Guardia Civil (16,49) -datos recogidos del libro ¿Todo por la Patria?-.
Pese a la alarma que estos datos arrojan, este libro, del psicólogo Daniel López Vega, recoge la única investigación realizada hasta la fecha de manera rigurosa, investigación saboteada para impedir desenmascarar tal realidad sonrojante.
Ante semejante realidad nos preguntamos: ¿qué puede estar pasando?.
Controversia entre las distintas fuentes oficiales.
Si el lector consulta las fuentes oficiales de la Benemérita advertirá que las causas de los suicidios en dicho cuerpo están ligadas a factores personales (problemas económicos, conflictos de pareja, problemas personales, trastornos psicológicos, etc.). Basan sus conclusiones en los datos obtenidos de las «autopsias psicológicas» realizadas a los agentes fallecidos. concretamente consideran que el 90% de los suicidios son debidos a estos factores.
Desde nuestro punto de vista los factores personales siempre aparecen en el suicidio de cualquier personal, no sólo de un guardia civil, pero el fenómeno del suicidio es mucho más complejo, esto es, es multicausal. En los suicidios aparecen claramente reflejados también los elementos/causas ambientales-laborales-organizacionales. Sobre estas últimas hablaremos seguidamente.
Factores de riesgo asociados al suicidio en la Guardia Civil.
– Condiciones laborales.
Turnos rotatorios en constante cambio (ausencia de estabilidad temporal). En la misma semana se trabaja en horario de mañana, tarde y noche. Al menos conocen su calendario de trabajo mensual, pudiendo hacer planificaciones mínimas.
– Accesibilidad a las armas.
El arma es utilizada en la mayoría de los suicidios cometidos por este cuerpo. Tienen conocimiento de su funcionamiento y la custodian en sus casas (existen pocos armeros en los Cuarteles). Aún así no se puede vincular a tal hecho el número tan alto de suicidios.
– Consecuencias de una «baja psicológica». ¿Puede estar relacionado este motivo con los suicidios en la guardia civil?
Hasta hace escasos meses causar baja por motivos psicológicos (cómo la depresión) tenía una penalización económica y podía repercutir en el ascenso a cargos superiores. Estos hechos presionan al agente a no causar baja, con lo que la salida de este difícil situación se ve impedida, agravando consecuentemente aún más su malestar, pudiendo acercarse de este modo al suicidio.
La «baja psicológica» tiene un también un fuerte estigma: ¿qué pensarán los compañeros y altos cargos de un agente que causa «baja psicológica» en un cuerpo sobre el que se colocan altas expectativas?. Hemos atendido a agentes que lo tacharon de «loco«, «tener mucho cuento» y «ser mala influencia«. Por temor a ser etiquetados se aíslan, perjudicando este aislamiento aún más si cabe la salida de su situación personal.
-Ser mujer.
Tristemente la condición femenina se asocia con una mayor intencionalidad de suicidio, aunque es el hombre quién más decide finalizar su vida con su suicidio. Un cuerpo históricamente masculinizado hace que la mujer tenga más dificultades para poder integrarse y lograr reconocimientos.
– Características del trabajo propiamente dicho de la Guardia Civil.
Entre sus funciones están la exposición a la muerte, la delincuencia, las víctimas, accidente, violencia, etc. El mayor estrés asociado a estas funciones, unido a la escasa formación en habilidades para el control del estrés y la no ventilación emocional repercute negativamente sobre la salud mental de los agentes.
– Falta de recursos para la expresión y gestión emocional.
Desde hace unos años existen protocolos antisuicidio en la Benemérita, pero quienes ofrecen estos servicios son personal con mando dentro del Cuerpo de la Guardia Civil. Las asociaciones independientes existentes piden profesionales externos, con quienes la expresión de emociones sería más cómoda. Por otro lado la comunicación de la situación personal al compañero de turno le será difícil de manejar a este, ya que desconocerá cómo actuar y si su decisión de comunicar la situación perjudicará a su compañero.
– Cultura organizacional y clima laboral. ¿Guarda esto alguna relación con el suicidio?
La Guardia Civil es un cuerpo militarizado, muy jerárquico y disciplinado. El agente se debe a su institución, tiene que tener una fuerte vinculación y obediencia al mismo. Este fuerte arraigo dificulta el espacio a los derechos personales y profesionales.
La división entre el cuerpo base y los altos mandos dificultan unas relaciones de asertividad; hay penalizaciones cuando se defienden los derechos propios como trabajadores. El fuerte corporativismo y excesiva presunción de inocencia para los jefes crean actitudes de indefensión aprehendida («…haga lo que haga tengo la de perder...»).
El drama oculto en las fuerzas de seguridad de la Guardia Civil es una realidad que no puede seguir siendo silenciada. Este Cuerpo necesita y exige una revisión profunda de su sistema.
